Investigadores de la Ecole Polytechnique Fédérale de
Lausanne en Suiza han desarrollado nuevas nanopartículas para aplicaciones
terapéuticas y diagnósticas. Su trabajo describe la síntesis de estas
partículas y demuestra que al estimular a una longitud de onda segura y larga,
las nanopartículas pueden romper los enlaces que se adhieren a las drogas y
liberarlas en el cuerpo. Este es un desarrollo emocionante para el campo de la
nanomedicina, y algún día puede conducir a una mejor detección y tratamiento de
muchas enfermedades, incluido el cáncer.
Las nanopartículas se han desarrollado en el pasado para
aplicaciones terapéuticas, pero tienden a depender de la luz UV, que es
potencialmente peligrosa y no penetra mucho en el cuerpo. Para superar esto,
los investigadores utilizaron una nueva clase de nanopartículas, llamadas
"nanopartículas armónicas", que son sensibles a los rayos UV y
también a una luz de longitud de onda más segura y más larga, como el rojo y el
infrarrojo cercano.
La forma en que funciona la tecnología es que la luz
infrarroja cercana estimula la nanopartícula armónica, que produce luz en
longitudes de onda más cortas. La longitud de onda más corta puede romper los
enlaces fotosensibles, que mantienen los fármacos adheridos a la partícula.
Cuando se rompen esos lazos, se liberan las drogas.
En un estudio de prueba de concepto, los autores
sintetizaron las nanopartículas armónicas de ferrita ferrita (BFO HNPs). Los
HNP se estimularon con luz a una longitud de onda de 790 nm, lo que resultó en
una liberación de luz a 395 nm. Esa luz entonces causó que se escindiera en el
enlace fotosensible, liberando una molécula de las nanopartículas. El equipo
cuantificó la liberación de nanopartículas utilizando cromatografía líquida de
rendimiento ultraalto-espectrometría de masas (UHPLC-MS). Encontraron que sin
la estimulación del infrarrojo cercano, el medicamento no se liberó, pero con la
estimulación se liberó con el tiempo, lo que demuestra que la partícula se
comporta como se desea.