El dispositivo se ha probado en un cerdo en un procedimiento en el que se le eliminó una lesión de la vesícula biliar.
En KAIST,
una importante universidad surcoreana de ciencia y tecnología, los investigadores
han desarrollado un sistema quirúrgico robótico flexible diseñado para trabajar
en lugares de difícil acceso. El robot quirúrgico endoscópico K-FLEX tiene
brazos que tienen solo 3,7 mm de diámetro, lo que les permite trabajar a través
de los canales internos estándar de 4,2 mm de un endoscopio. Dado que cada
brazo robótico no necesita su propia incisión, como es habitual en los sistemas
quirúrgicos robóticos actuales, el uso del K-FLEX es mucho menos invasivo y
debería ocasionar menos complicaciones para los pacientes. Además, puede
administrarse a través de orificios naturales, como la boca y el ano, a sitios
que de otra manera requerirían una incisión externa.
El
dispositivo se ha probado recientemente en un cerdo en un procedimiento en el que
se eliminó una lesión de la vesícula biliar del cerdo. El dispositivo se usó
para alcanzar el órgano a través del ombligo, empujando otros tejidos fuera del
camino y cauterizando la lesión usando una aguja especial unida a los brazos
robóticos.
El robot se
basa en las llamadas "mini articulaciones" desarrolladas en KAIST que
ofrecen una gran flexibilidad y al mismo tiempo mantienen la fuerza necesaria
para trabajar dentro del cuerpo humano. Dado que se opera a través de un
endoscopio, los brazos se pueden mover dentro y fuera de la escena quirúrgica
con facilidad, mientras que el endoscopio proporciona la visualización dentro. Aquí hay un
video KAIST presentando el K-FLEX: