Los investigadores de la Universidad Estatal de São Paulo en
Brasil y la Universidad de París Diderot en Francia demostraron de manera
concluyente que el filtro de luz verde puede ayudar a los niños a superar los
síntomas de la dislexia. Específicamente, los niños de nueve y diez años con
dislexia mejoraron significativamente su tiempo de lectura al usar lentes de
color verde.
Las gafas de color verde se han utilizado en el pasado para
problemas de aprendizaje e incluso para tratar el autismo y el TDAH. Este
último estudio es el primero en probar con rigor las gafas de color verde para
la dislexia, e incluso comparar la efectividad de usar gafas con lentes de
otros colores, así como contra niños que no tienen diagnóstico de dislexia. Los
investigadores demostraron que, de hecho, es el color verde el que produce
resultados positivos y que en los niños sin la condición no proporciona ningún
beneficio.
Los investigadores creen que el filtro de color verde
"probablemente facilitó la actividad cortical y disminuyó las distorsiones
visuales", en suma, permitiendo a los niños concentrarse en la lectura y
mejorar la agudeza de su comprensión.