Los ojos tienen un conjunto complejo de barreras defensivas
para proteger las estructuras internas. Es por eso que introducir medicamentos
en el ojo todavía no es muy efectivo, como con las gotas para los ojos, o muy
invasivo, como con una aguja. Ahora, un equipo de científicos europeos ha
desarrollado una forma de administrar cápsulas microscópicas, para luego ser
cargadas con medicamentos, profundamente en el ojo sin dañarlo.
El equipo hizo los llamados "nanopropellers" que
tienen la forma de pequeñas hélices que están recubiertas con un recubrimiento
altamente antiadherente. Cada uno de estos nanopropellers tiene un ancho de
solo 500 nanómetros, cientos de veces más pequeño que el ancho del cabello
humano, lo que los hace lo suficientemente pequeños como para exprimir el
vítreo, el material transparente y rígido entre la retina y el cristalino del
ojo.

Estos nanopropellers han sido probados hasta ahora solo en
modelos del ojo y todavía hay mucho trabajo por hacer para que realmente
ofrezcan un agente terapéutico.