Los virus son tan pequeños que para poder detectarlos con
luz se necesitan instrumentos que funcionen a nanoescala. Sensores tan
perfectos son muy difíciles de fabricar, ya que la mayoría de los procesos de
fabricación interrumpen las estructuras a nanoescala.
Un equipo de la Universidad de Purdue en West Lafayette,
Indiana, EE.UU. ha desarrollado una forma de combinar nanoarrays
plasmónicos en 3D, dispositivos especiales de manipulación de luz, con
películas pelables que se pueden aplicar a casi cualquier cosa. Luego pudieron
combinar con éxito las nuevas pegatinas con los sistemas de imágenes
convencionales para detectar señales ópticas extremadamente pequeñas.
Dado que el proceso de fabricación se realiza en agua
destilada, a temperatura ambiente y sin productos químicos agresivos o métodos
físicos, es muy suave y permite a los investigadores mantener una precisión
perfecta a nanoescala. Los nanoarrays están integrados en una película en una oblea
de silicio. Cuando se coloca en agua, la película se despega y la oblea se
puede volver a usar, lo que hace que sea económico y rápido fabricar estos
dispositivos.