La celda de combustible no utiliza ningún ingrediente tóxico y, supuestamente, es más estable, por lo que es segura y aplicable para aplicaciones a largo plazo dentro del cuerpo.
Los implantes médicos electrónicos generalmente funcionan con baterías, que tienen una vida útil limitada, requieren recintos seguros y ocupan mucho espacio. Pero una búsqueda ha estado en curso para utilizar la glucosa, una fuente ubicua de energía utilizada por el cuerpo y disponible en casi todas partes dentro de ella, como un combustible para alimentar los dispositivos implantables.
Investigadores de la Universidad Estatal de Washington informan un paso importante hacia ese objetivo, ya que crearon una pequeña celda de combustible que cosecha glucosa y la convierte en energía eléctrica suficiente para energizar un biosensor conectado a ella. El equipo cree que su tecnología conducirá a glucómetros continuos implantados para diabéticos, monitores cardíacos y otros dispositivos que se beneficiarían de no tener que tener una batería.
Debido a que la pila de combustible aún no es particularmente potente y se está trabajando para mejorar su eficiencia, se combinó con un sensor electrónico especialmente fabricado que funciona con solo unos pocos microvatios de potencia. Según los investigadores, su diseño subyacente es barato de fabricar, pero esto todavía está en fase de laboratorio.
Los investigadores están buscando solicitar la aprobación regulatoria para probar la tecnología dentro de los humanos en un futuro no muy lejano. Dado que el dispositivo consume glucosa, nos preguntamos si también puede servir como un paralelo electrónico a la insulina, o simplemente como una ayuda para ayudar con la pérdida de peso.