Después de una cirugía difícil, algunos pacientes terminan
experimentando deterioro cognitivo y delirio, que parece surgir de cambios
inflamatorios en el cerebro, que aún no se conocen bien. Esta inflamación es
difícil de controlar de manera específica, pero los investigadores de la
Universidad de Duke parecen haber descubierto que la estimulación eléctrica del
nervio puede hacer el truco.
Los investigadores han estado usando la estimulación del
nervio vago, el mismo método que ahora es común para controlar la epilepsia, el
dolor crónico y la depresión resistente a los medicamentos, entre otras
afecciones. En un estudio en ratones de laboratorio con inflamación grave, se
colocó un cable electrónico para poder estimular el nervio vago desde un
dispositivo externo. Los ratones fueron sometidos a una única sesión de
estimulación nerviosa que solo duró unos minutos. Durante y después del
tratamiento, se monitorizó la inflamación, además de la frecuencia cardíaca y
las contracciones musculares. Los ratones tratados mostraron resultados mucho
mejores en comparación con sus primos de control, incluida la capacidad
cognitiva y una inflamación del cerebro significativamente menor.
La investigación tiene una gran implicación en el potencial
para reducir las consecuencias de las cirugías difíciles, particularmente en
personas mayores que tienden a sufrir desproporcionadamente de inflamación
cerebral después de la operación.