Las micromáquinas que funcionan dentro de nuestros cuerpos
siguen siendo principalmente un sueño, pero es un objetivo digno que podría
revolucionar la medicina. Los científicos del Instituto Max Planck para
Sistemas Inteligentes en Alemania acaban de dar un paso hacia ese objetivo al
desarrollar una forma para que pequeños componentes mecánicos se autoensamblen
en dispositivos complejos y funcionales. Este enfoque puede permitir el
desarrollo de micromáquinas que viajan a través de nuestros cuerpos para
diagnosticar enfermedades, administrar medicamentos y realizar tareas
terapéuticas.
Los componentes de las micromáquinas recién creadas tienen
aproximadamente la mitad del grosor de un cabello humano. A diferencia de la
mayoría de los enfoques anteriores que han implicado la unión de varios
dispositivos microscópicos, el equipo de Max Planck no se basa en partículas magnéticas
dentro de un campo magnético o enlaces químicos. En cambio, se usa un campo
eléctrico con un gradiente preciso para polarizar un marco de plástico hecho de
un material aislante junto con vidrio de cuarzo o plástico adicional. Una vez
polarizado, este cuadro influye en el campo eléctrico a su alrededor
dependiendo de la forma del cuadro con relación al campo, algo que se puede
predecir usando un software de computadora. Manipulando las formas de los
marcos de varios componentes, se pueden hacer para atraerse entre sí dentro del
campo eléctrico. Además, se pueden agrupar grupos de componentes con precisión
para crear dispositivos complejos.