Para que los brazos protésicos funcionen realmente bien,
deben tener la capacidad de sentir las cosas que tocan. Las acciones
involucradas en agarrar una lata de sardinas, un huevo fresco o una ciruela en
una tienda de comestibles son muy diferentes. Los dedos de la mano tienen que
apretar la cantidad justa para tener un agarre seguro del objeto sin hacerlo
puré. Los investigadores de la Universidad de Utah han logrado darle al brazo
LUKE de alta tecnología el sentido del tacto que le faltaba.
El equipo confió en la matriz de electrodos inclinados de
Utah, un dispositivo desarrollado en la Universidad, para interactuar con el
sistema nervioso del usuario. La matriz, diseñada para ser implantada en el
antebrazo, presenta 100 microelectrodos que pueden leer señales eléctricas en
los nervios cercanos. Si bien este dispositivo existe desde hace más de una
década, ha permitido a los investigadores en este último estudio entregar
señales muy específicas al cerebro, modeladas sobre cómo el cuerpo las genera
naturalmente, que le dan al usuario las sensaciones táctiles del brazo.
“Cambiamos la forma en que enviamos esa información al
cerebro para que coincida con el cuerpo humano. Y al hacer coincidir el cuerpo
humano, pudimos ver beneficios mejorados”, dijo Jacob George, uno de los
investigadores, en un comunicado de prensa. "Estamos haciendo señales
biológicamente más realistas".
Uno de los voluntarios en el estudio, un amputado, pudo usar
el brazo LUKE para recoger huevos sin romperlos. También fue capaz de arrancar
uvas de un racimo sin exprimirlas e incluso sostener el brazo de su esposa
suavemente mientras sentía su agarre. El logro central de esta investigación
fue el desarrollo de un algoritmo para imitar cómo una mano real envía señales
de sensaciones al cerebro. Resulta que al contacto, la mano envía una avalancha
de señales al cerebro, pero las señales se ralentizan poco después del
estallido inicial.
"Solo proporcionar sensación es un gran problema, pero
la forma en que envías esa información también es de importancia crítica, y si
la haces más biológicamente realista, el cerebro la comprenderá mejor y el
rendimiento de esta sensación también será mejor", dijo Gregory Clark, el
investigador principal de este proyecto.