Investigadores de la Universidad Northwestern, en el estado de Illinois, EE.UU. han
desarrollado una nueva forma de rastrear cómo las nanopartículas interactúan
con las células cancerosas y si alcanzan sus tagets. El trabajo del equipo
muestra que si una nanopartícula se dirige a las células cancerosas,
experimenta más movimiento rotacional y traslacional en comparación con las
nanopartículas que no pueden atacar a las células cancerosas de manera
efectiva.
Este emocionante desarrollo se puede usar para examinar diferentes
formulaciones de nanopartículas basadas en el tamaño, la carga, la forma y la
molécula de orientación para ver si están dirigiendo efectivamente las células
cancerosas in vitro para desarrollar nuevas terapias de nanomedicina más
efectivas.
La quimioterapia y la radioterapia para los tratamientos
contra el cáncer a menudo dañan los tejidos sanos junto con el cáncer. Esto
puede provocar dolor y efectos secundarios peligrosos. La nanomedicina siempre
ha tratado de servir como un tratamiento dirigido para combatir eficazmente el
cáncer con menos efectos secundarios. Sin embargo, varias proteínas se unen a
las nanopartículas en el cuerpo, lo que puede evitar que las nanopartículas se
dirijan a las células cancerosas y funcionen de manera efectiva. Para
caracterizar si las nanopartículas se dirigen a las células cancerosas, los
investigadores desarrollaron nuevas técnicas de imagen y estudiaron los
movimientos de partículas in vitro.
Primero sintetizaron químicamente nanoestar de oro (AuNS).
Un lote de nanoestrellas doradas fue diseñado para atacar las células
cancerosas. Luego, los investigadores cultivaron células cancerosas en medios
que contienen proteínas para imitar cómo las proteínas de la sangre humana se
unen a las nanopartículas. Luego introdujeron las nano estrellas doradas. El
equipo desarrolló y usó un microscopio personalizado con el fin de estudiar
cuidadosamente cómo las nanoestrellas interactúan con las células cancerosas y
rastrearon los movimientos de las nanopartículas.
Descubrieron que, aunque tanto el AuNS dirigido como el no
dirigido tenían proteínas similares que se unían a sus superficies, tenían
interacciones muy diferentes con las células cancerosas. También señalaron que
el AuNS no dirigido no se movió muy lejos y no tenía muchos movimientos de
rotación, mientras que el AuNS dirigido se movió mucho más lejos en la
superficie de las células cancerosas y experimentó muchas rotaciones.
Esta tecnología se puede utilizar para estudiar nuevas
formulaciones de nanopartículas in vitro y ver si el tamaño específico, la
forma, la carga y otras propiedades de éstas le permiten dirigirse eficazmente
a las células cancerosas.