Si bien el objetivo de las nanopartículas para atacar las
células cancerosas puede ser eficaz para reducir los tumores primarios, tienden
a crear pequeños agujeros dentro de las paredes de los vasos sanguíneos que
permiten que algunas células cancerosas escapen y hagan metástasis en otros
lugares. Este es un efecto secundario grave que puede limitar la utilidad de
muchas terapias contra el cáncer basadas en nanopartículas a largo plazo, por
lo que los investigadores de la Universidad Nacional de Singapur han estado
estudiando este asunto y cómo abordarlo.
El equipo identificó que la fuga endotelial inducida por
nanomateriales es causada por una variedad de nanopartículas, incluidas las
hechas de sílice, oro y dióxido de titanio. Además, los experimentos con
animales demostraron que los poros que forman las partículas dentro de los
vasos sanguíneos permiten que las células de cáncer de seno pasen y comiencen
nuevos tumores.
Los investigadores también notaron que se puede hacer una
proteína llamada Angiopoeitina-1 para cerrar los poros de los vasos que
producen las nanopartículas y disminuir la incidencia de metástasis asociadas
con la terapia con nanopartículas. Lo hace actuando sobre TIE2, un regulador de
la superficie celular en los vasos sanguíneos que los hace contraer y bloquear
las aberturas.
"El estudio demostró que la angiopoeitina-1 podría utilizarse
potencialmente como un mecanismo contrario para limitar y revertir la
filtración inducida por las nanopartículas", dijo el profesor HO Han Kiat
del Departamento de Farmacia de la Universidad Nacional de Singapur, uno de los
líderes del estudio. "Esto ayuda a disminuir la extravasación y el
transporte de células cancerosas a otros tejidos en pacientes con cáncer".