GERIATRÍA, NEUROLOGÍA, RADIOLOGÍA
A medida que envejecemos, la composición molecular de
nuestro cerebro cambia. Este es un proceso natural, pero también puede estar
asociado con la presencia de enfermedades. Actualmente no existe una forma
práctica de estudiar los cambios moleculares en humanos vivos y los estudios
post-mortem están limitados en la información científica que pueden
proporcionar. Los científicos de la Universidad Hebrea de Jerusalén han logrado
usar imágenes de resonancia magnética cuantitativa (qMRI) para mirar dentro del
cerebro y evaluar su composición molecular.
Si bien qMRI es una técnica poderosa, su capacidad para
estudiar el contenido molecular está confusa debido al agua dentro de los
tejidos. Las resonancias magnéticas están sintonizadas para resonar núcleos de
hidrógeno, por lo que todo lo demás se convierte en ruido en la señal. El
equipo israelí utilizó un "enfoque de relajación de tejidos" para
separar la señal transmitida por el agua del resto de los datos y sólo para
estudiar la composición molecular que les interesaba.
El enfoque permite revelar la composición molecular de las
muestras de lípidos y predecir las mediciones lipidómicas del cerebro. Produce
firmas moleculares únicas en todo el cerebro que se correlacionan con perfiles
específicos de expresión génica. Se descubrieron cambios moleculares
específicos de la región asociados con el envejecimiento cerebral, estos
cambios son independientes de otros marcadores de envejecimiento por resonancia
magnética. El enfoque abre la puerta a una caracterización cuantitativa de las
fuentes biológicas para el envejecimiento, que hasta ahora sólo era posible
post mortem.