Aunque el electrodo de la abrazadera de parche permitió a
los neurocientíficos estudiar señales eléctricas del interior de las células
neuronales, es una herramienta con capacidades muy limitadas. No se puede
estudiar más de una docena de células a la vez, pero el cerebro y el sistema
neural operan a escalas mucho más grandes.
Para ayudar a estudiar redes neuronales completas que
comprenden miles de células interconectadas, los investigadores de la
Universidad de Harvard, en los EE.UU. han creado un chip electrónico en el que
las neuronas pueden crecer mientras su actividad eléctrica se controla de
cerca. La tecnología ya ha permitido al equipo crear mapas de conectividad
sinápticos con cientos de conexiones únicas.
En la parte superior del chip hay una serie de electrodos de
nanoescala que son tan finos que no causan mucho daño a las células. Para
motivar a las células a dejar que los nanoelectrodos pinchen sus membranas, la
corriente pasa a través de los electrodos. Las señales de las neuronas
colocadas en la parte superior del chip se amplían automáticamente gracias a un
amplificador incorporado dentro del éste.
El equipo mostró la capacidad de su chip al registrar más de
1,700 neuronas de ratas en paralelo. Utilizando veinte minutos de grabación
neuronal, pudieron detectar cientos de conexiones sinápticas. Para demostrar el
potencial de la tecnología para estudiar drogas, el equipo expuso las células a
una cantidad de drogas para ver qué efectos tenían sobre las corrientes de los
canales iónicos. MH